lunes, 24 de octubre de 2016

SXF - VLC . Antonio Machado

No entiendo por qué le rotulan el nombre a los aviones. ¿Qué sentido tiene? No digo que no lo tengan, pero ¿qué sentido tiene escribirlo en un lateral bien grande?

Recuerdo que a mi primer coche le llamábamos, cariñosamente, "Butatrans". Era un Seat Panda naranja de los antiguos. Cuadrado y robusto. Hacía un ruido horrible y soltaba humo en exceso. Recuerdo que me duró muy pocos meses. Pero no le "tatué" el nombre. La matrícula ya lo identificaba. Como la de los aviones.

El avión de hoy se llamaba "Tornasolado"; y he estado pensando en ello todo el viaje. Me he imaginado un mundo dónde todos lleváramos tatuados nuestros nombres. En un lugar bien visible y con letra grande.

Así sería imposible no saber con quien estás hablando. Sólo haría falta mirar de soslayo el tatuaje para poder dirigirte a esa persona. La verdad es que para mi trabajo me vendría de lujo. A la gente le gusta que le llames por su nombre. Mucho. Por su auténtico nombre. Con acentos y todo.

Últimamente utilizo un truco que me enseñó una vieja amiga:

- Disculpa, no recuerdo tu nombre.
- Pedro.
- No, eso ya lo sé, digo el apellido - contestas.
- Gutiérrez.

De esta forma tan sutil, consigues nombre y apellido. Y encima le haces creer que recordabas su nombre, cuando lo mismo no sabes ni quien es.

El tema de los nombres es importante. He estado repasando el pasaje mientras volábamos a València. Ha sido curioso. La gente tiene "cara" de ciertos nombres. Quiero decir, ves una chica joven en el avión y lo mismo piensas: "Le pega llamarse Rebeca". Si es así, nunca podría llamarse "Eugenia". "Eugenia es nombre de mujer mayor", piensas. Pero claro, en algún momento Eugenia fue joven. ¿Tenía cara de llamarse Eugenia?

Le he puesto nombre a todos los pasajeros. Todo tipo de nombres. Variados. Según su aspecto físico. Luego le he puesto nombre al pasaje entero. He decidido que viajaba con un pasaje de "Gustavos". No sé, por Bécquer. Me han parecido, en general, pelín estirados. Y me ha venido a la cabeza Gustavo Adolfo. No sé por qué.

Hay pasajes para todos los gustos y nombres. Hay algunos que son "Amparos", hay pasajes que son "Virtudes", y hay aviones que son "Jennifer Desirés". Ya sabéis a lo que me refiero. 

La importancia del nombre. Una rosa ¿es más rosa por el hecho de llamarse rosa? Ni pajolera idea. Cuando me pongo filosófico no hay quien me soporte.

Lo que sí que comparto al cien por cien sobre este tema es lo que dijo Antonio Machado: "Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de los labios de una mujer"

Antonio Machado

PD: Por cierto, me llamo Antonio. O como dice mi madre: "Mi Antonio"

No hay comentarios:

Publicar un comentario